miércoles, noviembre 22, 2006

El lujo es vulgaridad

Es fascinante el mundillo ecléctico aunque adoctrinario de las piletas o piscinas, inefables características pocas veces eludibles (lo cual consideraríamos un avatar exitoso aquellos que las sentimos peligrosamnete pervertidas) tan típicas en la contemporaneidad... veraniega.
Desprovistos de lo mas elemental, como la ropa interior misma, el atuendo de cada día e incluso el calzado! para no ser tildados de "amargos" debemos lanzarnos al más oscuro y engañoso agujero negro de la cultura occidental. Y lo que es caótico, al prometedor disfrute que supuestamente nos ofrece.

La desnudez nunca es entonces, tan socialmente aceptada como ocurre en la pile, gran espacio del anonimato; otro no-lugar inherente a la sobremodernindad que nos pasó por encima!



Repasemos la oleada de singulares personajes que pululan con inmaculada gracia en estos paisajes del lujo y la sórdida extravagancia, y como es de mi incumbencia, abundaré en ejemplos extremos de los más desesperantes paradigmas del género femenino bajo el agua.
Junto a alguna abuela envuelta en malla de trapos oscuros y enormes, pareo batik (ohh gran reminiscencia ochentosa) que se resistiría a arribar a la pileta del country sin el infame combo del mate-yerbero-termo (detalle argentinísimo: como si fuera necesario dar registro de alguna marca de identidad...en una pileta?), se le suma la -imprescindible ya- vecinita púber avergonzada por el atiborrado desarrollo de sus glándulas mamarias. Ésta se contorsiona pudorosa, negándose a sujetarse al flota-flota que le compró papi y mucho menos! a someterse a los juegos mordaces de los hermanitos más pequeños, que están más interesados obviamente en darse de pelotazos y sonarse los mocos en el agüita.
También son eximios recurrentes, las parejitas que se mimosean creándose una intimidad que no hay, donde la muchacha invita a su caballero de turno al toqueteo y mordisqueo de los nuditos de su bikini, inmersos en esa gran masa acuosa, que no es más que un gran escaparate... que deja bien expuestas sus bondades e intenciones, a la vista de los transeúntes. No olvidemos a la siempre atemorizada presencia de la veinteañera traumatizada por la flaccidez, la celulítis grado 2 ó 3 y la adiposidad localizada que evitará, por supuesto, arrimarse si quiera al borde de venecitas incrustadas que delimita la zona de riesgo, sintiéndose así bien protegida. Mientras, se queda adormecida como lagarto al sol echada en el sector camillas/reposeras/sombrillas de teca, reprochándose que con 3 sesiones de mesoterapia en Iobella no le iba a ser suficiente, y renueva su promesa de "para el que viene quiero llegar espléndida" mentalizándose a iniciar marzo con gym 4 veces por semana. Esta observadora no participante es a su vez parte del juego absurdamente macabro de las interrelaciones piletísticas, si es que puedo introducir el término, aunque no siendo muy conciente de su papel dentro de este ritual.
Otro personaje que nunca falta es la vecina que creemos desprejuiciada; políticamnete incorrecta que irrumpe embadurnada en Hawaiian Tropic, apenas ataviada en un luminoso trikini -by Ricky Sarkany, my god!- ya sea fucsia o verde lima: sine quanon plateado... que en ese ecosistema es refractario! y por supuesto no deja nada a las orillas de la imaginación de nadie allí presente. Llega como un ciclón bien dispuesta a alterar el hábitat natural del agua cristalina con esa chorrera aceitosa tan poco higiénica, de la no tan nueva generación de bronceadores a base de aceites múltiples (entiéndase: coco, palta, zanahoria y más!).
A esa lista de apócrifos apóstoles del perseguido ideal "bronceado perfecto, dorado" hay que sumarle los cada vez más usuales productos de dudosa efectividad pero comprobado aporte contaminante para la higiene del agua pura, fresca, suave baño de verano. Los hay para el pelo en la pileta, maquillaje en la pileta, etc. Acondicionadores, cremas "para" peinar, máscaras eyelashes ultra duración, geles fijación extrema, baños de crema suavizantes, exfoliantes corporales, cubre imperfecciones cutáneas y demás sórdidas promesas de las góndolas más generosas del supermercado o el Farmacity.

Durante estos meses de licencia la vida cotidiana se trastorna, por apenas 1 o 2 horas de ocio en una piscina, en este espacio propiamente contemporáneo de confluencia anónima, donde convivimos con gente con la cual apenas podríamos sentarnos a almorzar, o con las que diametralmente extendemos el -cotidiano también-: hola, buenas tardes, qué tal, hasta luego... Lindo día, no?
Por lo cual asumo a la luz de estas observaciones que de la misma naturaleza perversa, se desprendería la decisión de invertir fortunas en instalar una pileta de uso familiar dentro del jardín familiar mismo, con lo que significa acumular tantos volúmenes de agua! Sobre todo para el usufructo (perdón por la redundancia) familiar; el cual SIEMPRE es pasajero.

Es perverso ergo, que nos expongamos minímamente vestidos, personas en tránsito instaladas allí a la espera de la nada misma, como quien espera a la salida del avión, el subte, el bondi. Si apenas se permite el furtivo cruce de miradas entre seres completamnete desconocidos que se acoplan a los que son más usuales o más facilmente encastrables en algún clichlé el submundo natatorio... Éste convierte a nosotros, ciudadanos, en meros elementos de conjuntos que se forman y se deshacen no siempre al azar, siendo simbólicos de la condición humana actual y sus modas o conductas adoctrinarias.

Como usuarios mantenemos con este no-lugar una relación que es contractual: havaianas, toallón, protector solar mediante (cual bill aéreo, boleto de bondi) y que no tienen más personalidad que la que pueda documentar el diseño o la calidad de esos elementos personales, vaya paradoja!

El habitué de la piscina (aquél que accede paga) renueva con ese gesto de "oficio mudo" un mundo así prometido a la individualidad solitaria, a lo provisional y a lo efímero, tras una promesa de divertimento colectivo y compartido, que se nos antoja de vida muy corta; en una forma de comunicación tan distorsionada como extraña que a menudo no pone en contacto al individuo más que con otra imagen de sí mismo... Mi reflejo en las aguas cristalinas (mentira, superficialmente sedimentos oleosos y más al fondo cabellos anónimos), patito feo, autoflagelándome con el para nada tierno recuerdo de mi infancia, en mi terruño norteño de verano, vacacionando y divirtiéndonos sanamente entre bándalos ñoños... liderados por un perfecto niño perverso como era mi primo de 10, jugando a hundirnos en el agua turbia. Finalmente terminaron ahogándome y Paulita en malla de florcitas y estampado Liberty, terminé recibiendo respiración artificial boca a boca, a boca de un perfecto extraño para pudor (y horror!) de mis tempranos 9 años.

Entonces: reivindicando mi resurrección cual Ave Fénix, de las pútridas y fetidas aguas de aquella quimera, pileta del Club Tiro Federal en Catamarca; y con la fiel convicción de que ya no hay swimming pool, climatizada o natatorio de country-club de campo que venza mi total resistencia al efímero placebo de desacartonarse en una piscina... ojota mediante, me despido!

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

No me queda claro qué ha de hacer uno acá... ¿fimar en el de abajo de todo como han hecho todos, yo incluido, o firmar en el más reciente como estoy haciendo yo, yo incluido? Supongo que no tendría esa duda si me propusiera hacer un verdadero comantario sobre un posteo en particular, y no poner una sarta de generalidades que a nada conducen... Okey, entonces comento el posteo. Y digo: para mí se cae de maduro que toda la cuestión no es más que un palabroso desfile del resentimiento que te causa tu condición de plomada en toda pileta. Y creo conocer la causa de tu incorregible tendencia al fondo: eso te pasa por infiel. Sí, juraría que no estás bautizada, y entonces cómo no te vas a ir a pique... sabés lo que te pesa? el pecado original! Herética sarracena! Como verás estoy desparramando mis firmas por otros cyberlugares, ya que le tomé aversión al fotolog de invasión y su "carácter de pasado", como diría el Bocha Hegel. Digo yo, y si le pusieras Cooperativa Bacanal CuloArte? Ante cualquier reproche podrías decir que lo hiciste "porque Rafa me insistió", que es lo que yo suelo decir en situaciones similares... Bueno, buena suerte y hasta luego.

noviembre 28, 2006  
Anonymous Anónimo said...

seeeeeeeeee boludeces varias....muy porteño....que se quiere hacer el europeo...

septiembre 12, 2007  
Blogger Eva x ando said...

Marla!!! oops no sé quién sos pero la próxima firmame y poné tu nombre!
Gracias x pasar d todas formas
A no-pedido del publico...ya vendrán nuevos posteos....sisi
i´m on my way


besos y no se olviden d pasar x el d Y SUS SUSURROS (arriba, a la derecha)

Pau

septiembre 25, 2007  

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